Hoy era sábado, no tenia ganas de hacer nada. Cuando salí de mi cuarto escucho que mi mamá dice -Bueno, te esperamos! Mi cara de enojo llego a limites inalcanzables. Quería pasar todo el día sin hacer nada, solo dormir y ver TV. Me metí en mi cuarto y no salí hasta las 11.
Justo a esa hora, un auto se detiene en la puerta de nuestra casa. Reconocí ese vehículo, era el de mi tía. Verónica, era la hermana de mi mamá. Ella trabajo mucho tiempo en el exterior, en grandes compañías. Tenia mucho dinero, era muy creída por eso no me gusta pasar mucho tiempo con ella. Entró por la puerta principal, dejo sus cosas tiradas y comenzó a gritar. -Vamos, vamos! Vengan a saludar a la tía Vero!!! Los tres salimos del cuarto con cara de pocos amigos. Bajamos y Verónica nos beso con dos besos a mi y a Dario. Cuando se cruzo cara a cara con Angel, su mirada cambio totalmente. -Hola, soy Verónica tu nueva tía. -Hola. Respondió Angel.
Cuando nos sentamos a comer, Vero no le quito la mirada a Angel ni un segundo. Ambos estaban sentados uno, enfrente del otro. Cuando terminamos de comer, por lo general Verónica nos cuenta aburridisimas anecdotas. Esta vez no, terminamos de comer y Vero le dijo a Angel. -Angel, me mostras tu cuarto? de paso hablamos y nos conocemos mejor. Los dos subieron, yo no me fié ni un pelo. Como era de esperarse la tía se quedaría a dormir y se iría el día siguiente. Ella por lo general elegía el cuarto, sabia a quien apuntaba. Cuando ambos entraron en el cuarto, cerraron la puerta.
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