La Casa de la Bruja. Cap. 1: Los gatos no hablan

Estábamos rumbo a una excursión al bosque. Eramos 39 alumnos más el profesor y el conductor. Casi todos teníamos 17 por lo que no vinieron mas profesores. El conductor no era el mejor de todos, tenia visión justa para la licencia. Después de todo era lo máximo que la escuela podía pagar. Yo estaba sentado en el fondo con mis amigas. Había rumores sobre una bruja en el bosque, ella buscaba personas en su mayoría adultos los asesinaba y luego los ofrecía al diablo. Nunca creí en eso, un par de mis compañeros si y por eso estaban detrás del maestro. 

Era un día hermoso, puros adolescentes con hormonas revolucionadas. Derrepente el conductor se detuvo. -Vi algo! Dijo algo asustado. Pero en la carretera no se veía nada. -Lo vi! Era un demonio! Yo lo vi! Estoy seguro! Sin embargo nadie lo escucho. En mitad del viaje cuando ya había pasado una hora. Se escucho un ruido de derrape, seguido de un choque y caer inconsciente. 

Cuando desperté, el autobús no estaba. Y todos nosotros estábamos en el suelo, la mayoría inconsciente. Cuando me levante del suelo, había un gato sobre un tronco. -Ya despertaron? Este lugar es muy peligroso para un humano. Quede completamente inmóvil, ese gato acababa de hablar.

Con los pocos que estábamos despiertos comenzamos a llamar al resto. -Chicos, nose que paso pero estamos perdidos en el bosque! Dijo Lautaro. -Miren eso! Agrega Gonzalo. Casa de .... y salida del bosque. -Bueno vamos por la salida! Agregó Lautaro. -Y que hay del gato? Pregunta Chiara. -Hace poco nos hablo. Respondí. Cuando nos acercamos a la salida, el camino estaba bloqueado por unas rosas gigantes. Entre los arboles Ignacio encontró un machete, parecía viejo y oxidado. Se acercó a las rosas y comenzó a cortarlas, pero no le hizo ni un rasguño. -No no hay salida, debemos buscar otra forma de salir! Exclamo Ignacio. Cuando volvimos, el gato ya no estaba. Usó el machete para cortar unas rosas que bloqueaban la entrada al otro lugar. Después de cortarlas el machete se había roto. El gato estaba sentado en un tronco cercano a la casa.