sábado, 7 de febrero de 2015

La Casa de la Bruja. Cap. 2: El Diario de la Bruja.

-... ¿Eh? ¿Que ocurre? Dijo el gato. -Mmm, así que las rosas les bloquean la salida. En ese momento la puerta de la casa se abrió. -¿Van a entrar adentro? Agrego el gato. -Bueno parece que no les queda otra opción. Todos nos quedamos callados, el miedo al gato era normal en todos. -Debemos crear algunas reglas para que todos estemos vivo. Dije. -Solo uno de nosotros pasara la puerta, para comprobar nuestra seguridad. -Ok, yo me animo a entrar. Agrego Tiara. Ella entro, nosotros podíamos verla por la puerta. -Hay un hall, no es peligroso. Gritó. Todos entramos. Solo había una puerta. Tiara entró. -Hay una mancha de sangre en el suelo. Gritó. Cuando piso la mancha, Las paredes la aplastaron.
Cerramos la puerta, y cuando la volvimos a abrir. El cuarto estaba como si nada. Entramos despacio todos sabíamos que la mancha fue el problema. Había una nota en la pared que decía ''Ven a mi habitación''. Cuando salimos el hall había cambiado. El gato estaba adentro y dos puertas se formaron a los costados del cuarto. -Buenas. Nos dijo el gato. -Al final eh entrado porque me parecía mas entretenido. Por cierto, aparecieron del aire o que? Agrego. Cuando nos dimos cuenta la puerta de la que salimos no estaba. Entramos al del costado. Había una puerta enfrente del cuarto y al final del pasillo había un reloj. Cuando nos acercamos había un cuarto a la derecha. Cuando entramos había un libro abierto titulado ''El Diario de la Bruja'' decía... ''Debido a mi enfermedad nadie quería jugar conmigo, tanto papá como mamá ninguno me quería.''
También había un tipo de mueble cerca en el cual estaba escrito ''Se abrirá cuando la casa vuelva a su forma original'' En la otra punta un osito de peluche encima de una pila de regalos. Galarza lo tomó. Al dar unos pasos un regalo se callo al suelo. En el cuarto de abajo había una cesta con un gran oso de peluche y una nota el la pared ''Ositos en la cesta''. Trató de meterlo pero no entraba por sus extremidades. Volvimos al hall.

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