martes, 17 de febrero de 2015

La Casa de la Bruja. Cap. 12: Anillo de cerdo.

Fuimos al cuarto de los objetos con vida. Había una silla y el reloj, empujamos la silla para poder subir al reloj e introducir la llave rey. Al darle cuerda el reloj comenzó a emitir sonido. Al hacerlo se escucho un sonido de apertura. Cuando nos acercamos al cuarto del piano al soldado se le rompieron las piernas. Entramos al nuevo cuarto, había una estatua sollozando. -Hola. Dijo Chiara. -Mi precioso anillo... No lo encuentro... Cuando tratamos de salir, se escucho el ruido de una explosión. Al cruzar el cuarto nos encontramos con una chimenea justo donde estaba la nota. Mientras ellos investigaban yo fui con le gato. -He escuchado un ruido muy fuerte hace un rato. ¿Ha pasado algo? Dijo el gato. Fui con la puerta y al soldado se le rompió el cuello. Al cruzar la puerta los chicos me habían informado que una escalera estaba justo en la chimenea. Una flecha de cenizas se formo sobre la chimenea esta apuntaba hacia abajo. Era el comedor, donde antes estaban las sillas ahora estaban unas estatuas. Una flecha apuntaba hacia la derecha. Entramos en la cocina. Había una olla en el fuego, algo se estaba cocinando. El mueble donde estaban los cubiertos estaba hacia un lado dejando ver una puerta. Entramos. En este cuarto aterrador, había muchos esqueletos todos sin muñecas. En uno de ellos había unos palillos de oro metidos en sus costillas. Agustin los tomo. Al salir un esqueleto se movió hacia la puerta. Apagamos la olla. Tenia un olor algo particular. Agustin la abrió. Al abrirla pudimos contemplar una sopa de repollo con salchichas negras. Agustin uso los palillos para ver si allí estaba el anillo de esa estatua. El sacó con los palillos un anillo. Por una ventanilla una calavera se asomaba. -Vamos, dijo Rodrigo. -Esperen devolvamos los palillos primero. Agregó Agustin. El volvió a ese cuarto y devolvió los palillos en las costillas del esqueleto que los portaba. Al hacerlo un cráneo movió su cabeza, asintió. Al salir la estantería se movió tapando esa puerta. Al salir se escucho el sonido de alguien bajando escaleras. Rápidamente todos corrimos hacia las escaleras pero Chiara fue alcanzada y un cuchillo la destrozo.
Cuando subimos el soldado estaba justo en el cuarto del piano. La flecha apuntaba a la puerta ahora. Volvimos con la estatua y le dimos el anillo. -Eso es. Dijo la estatua. -Muchas gracias. Agregó. Y un sonido de apertura sonó.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario